domingo, 27 de mayo de 2012

Perverso narcisista

Qué y quién es un perverso narcisista?

"El acoso moral o violencia perversa es aquella en la que alguien destruye a otro solo con palabras, miradas, humillaciones y mentiras. 
El objetivo del perverso es descubrir las debilidades de su futura víctima para saber donde atacar luego. La otra fase, violencia manifiesta, consiste en paralizar a la víctima. Crea una relación de dependencia que hace al agresor sentirse omnipotente y no permite que la víctima reaccione, por dejarla inmersa en duda y culpabilidad. Tal es la confusión y parálisis, que hasta llega a causar la pérdida de identidad de la víctima.
Este accionar del agresor pone a la víctima en una actitud defensiva, lo que genera nuevas agresiones.
El perverso no actúa destruyendo a su víctima inmediatamente, al contrario, la extiende en el tiempo. Lo importante es conservar el poder y controlar.
El perverso no es un enfermo psíquico, sino la fría racionalidad que lo hace incapaz de considerar a los demás como seres humanos; para él las personas son objetos, “bienes de uso”. 
El mensaje del perverso es siempre impreciso y genera confusión. De esta manera, desconcierta a la víctima y hasta ésta termina dudando si lo que aconteció momentos atrás fue real o no.
Una artimaña más que utiliza el agresor es enfrentar a todos contra todos, provocando celos, rivalidades, etc. Lo logra mediante mentiras, rumores y demás, que herirán a la víctima.
En la fase de odio o violencia, la víctima reacciona e intenta recuperar algo de libertad. Como el perverso justamente lo que no quiere es que se dé la , utiliza burlas, humillaciones, ofensas, contra todo lo que provenga de la víctima.
Lo importante es que siempre sea la víctima la que parezca responsable de todo lo que sucede, y el agresor es capaz de intentar que ésta actúe en su contra para que quede evidenciado cuán malvada es.
La víctima comete un solo error: no ser desconfiada. Cree que con paciencia el agresor cambiará y trata de comprenderlo, de encontrarle la lógica. El agresor jamás cambiará. Si la víctima se somete finalmente, el agresor se siente cada vez más dominante y  de su poder, mientras que el agredido se encuentra cada vez con menos vitalidad, mas deprimido. Va perdiendo espontaneidad, dado que cada palabra por pronunciar, cada forma de hablar, de vestir o de actuar es pensada previamente, para no recibir una crítica más del agresor. La confusión llega a ser tan grande que no tiene posibilidad alguna de reacción.
El perverso se siente fracasado cuando no logra atraer a los demás a la violencia. Los demás existen en tanto reflejo de su mirada, no como individuo, sino solamente como espejo.
Este  de perverso descarga en el otro el dolor que no siente y las contradicciones propias que se niega a percibir. Es totalmente desinteresado por los demás, pero desea que los demás se interesen por él. 
La víctima, generalmente, es alguien con valores bien instalados, inteligente, con algún atractivo o alguna capacidad o don. El perverso en realidad siente envidia y le gustaría poseer alguna de las capacidades o aptitudes del otro. Como es incapaz de intentar obtener dichas aptitudes o capacidades, destruye las del otro. Por eso decimos que este tipo de perverso se afirma destruyendo al otro. Lo que no puede obtener lo destruye. De lo contrario, se enfrentaría con sus propias limitaciones; y ésta, en sí misma, es una limitación que no soportaría enfrentar.
Normalmente estos perversos, al contrario que sus víctimas, están escasos de valores; son seres con buenas socioeconómicas y . Llegan alto y es, justamente por la falta de valores, que llegan a ser más que inescrupulosos, a tal punto que son capaces de estafar, falsificar o de cometer cualquier tipo de acto con tal de lograr su objetivo.
La víctima puede sufrir algunas de las siguientes alteraciones:
• Ansiedad generalizada
• Infravaloración
• Problemas de atención, concentración y 
• Adicciones
• Somatizaciones, alteraciones del sueño
• Aislamiento, evitación, irritabilidad, agresividad,
• Depresión grave, suicidio
• Disminución del deseo sexual
• Separación matrimonial
La palabra es utilizada como arma por parte del agresor.
Para estar por encima de la media, un individuo perverso narcisista necesita hundir al otro. Para ello, va dando pequeños toques desestabilizadores preferentemente en , cuando la persona no puede defenderse, utilizando algo íntimo por ejemplo que describe con exageración. Eventualmente, puede elegir un aliado entre el público, entre las personas que le rodean. Lo que importa es molestar al otro, desestabilizarlo, humillarlo. Si la víctima empieza a rebelarse, se le dice: "es que no tenes sentido del humor".
Por todo esto, es  imposible vencer a este tipo de personas. Llegado el caso que la víctima tome conciencia de la relación patológica en la que está inmersa, debe alejarse fríamente y no sentir culpa por ello. No tiene sentido tratar de dialogar con el agresor porque toda palabra que se utilice con él puede volverse en nuestra contra y traerá más agresión. Se trata de un camino sin salida; la única salida es cortar la relación por completo tratando de encontrar apoyo en la familia, amigos o un 
A nivel nacional, no hay leyes que nos protejan de este tipo de personas y además estas agresiones son muy difíciles de  por su carácter silencioso y porque, de necesitar testigos, normalmente serán los propios compañeros quienes pongan en riesgo su trabajo y quizás no tengan voluntad de enfrentar esa situación comprometedora. 
Como  medida, lo mas sano es rápidamente alejarse del agresor y, si hubiese alguna posibilidad de demostrar con testigos este maltrato, talvez se pueda llevar el caso a la justicia".

2 comentarios:

  1. Yo doy un padre de una no uno maltratadora y la justicia me la voy a tomar por mi cuenta

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  2. siempre se habla de quien abuso, ero y la victima y el sindrome de victima narcisista que acarrea? https://hijademadretoxica.com/wp/vale-ya-de-hablar-de-los-verdugos-las-personas-con-tnp-hablemos-de-las-victimas/

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